jueves, 8 de diciembre de 2011

BIOGRAFÍAS: Ferdinand de Saussure




Lingüista suizo. que nació en Ginebra, 26 de noviembre de 1857 y murió el 22 de febrero de 1913cuyas ideas sirvieron para el inicio y posterior desarrollo del estudio de la lingüística moderna en el siglo XX. Se le conoce como el padre de la lingüística del siglo XX.
Estudió sánscrito en Leipzig, Alemania, bajo el influjo de la escuela de neogramáticos, que pretendía renovar los métodos del estudio de la gramática comparada.



En 1879 publicó, a los 21 años,  La memoria sobre el sistema primitivo de las vocales en las lenguas indoeuropeas, con tal rigor y método (gramática comparada) que hoy sigue vigente.éxito. Al año siguiente leyó y publica su tesis doctoral, Sobre el empleo del genitivo absoluto en sánscrito (1880), a partir de lo cual fue nombrado profesor de gramática comparada en la École des Hauts Études de París, y participó activamente en los trabajos de la Sociedad lingüística.
En 1891 regresó a Ginebra, donde fue profesor de sánscrito y, entre 1907 y 1910, de gramática comparada y de lingüística general.
Fueron sus discípulos C. Bally y A. Séchehaye quienes publicaron su Curso de lingüística general (1916), basados en la reelaboración de los apuntes tomados por varios alumnos (Ch. Bally, A. Sechehaye, H. Frei, A. Meillet, J. Vendries) a partir de las tres ocasiones en que Saussure impartió el curso en dicha universidad entre los años 1906 y 1911. Es una síntesis de sus tres últimos años como profesor extraída a partir de los apuntes de clase.
A pesar de que la repercusión de dicha obra no fue inmediata, sí resultó decisiva para el desarrollo de la lingüística en el siglo XX.
En tal curso se destacan las consideraciones de Saussure referentes
En tal curso se destacan las consideraciones de Saussure referentes al signo lingüístico humano, al cual lo analiza como una unidad inseparable constituida como si fuera una moneda, con dos caras: el concepto o significado y su "imagen acústica" o significante.


Los significados y significantes constituyendo signos configuran al lenguaje el cual tiene dos ejes: el paradigmático o metafórico y el sintagmático o metonímico.
En el eje paradigmático o metafórico está el habla y es  sincrónico (el desarrollo o sucesión del habla a través del tiempo)[].
 y otro se corresponde a la lengua y es diacrónico (tal como es la lengua en un momento dado de su evolución, junto a otros paralelos).
A sus lecciones se deben una serie de distinciones fundamentales, tales como:
La de lengua (sistema ideal y social).
El habla (realización concreta, individual).

La definición de signo como entidad psíquica formada por un significante y un significado, los cuales serían inseparables.
En efecto, la relación de significación debe pensarse a partir de una teoría del valor, es decir, que la posibilidad de remitir a algo fuera del lenguaje dependerá del sistema total de la lengua y de la relación formal de los términos entre sí.
Esta idea está en la base del estructuralismo, teoría lingüística que conoció un gran auge en Francia durante las décadas de 1950 y 1960. Inspiración del movimiento intelectual que comenzó con la obra de Levi-Strauss, Tristes trópicos.
En sus estudios sobre las afasias Roman Jakobson obtuvo muchas referencias a partir de las consideraciones de Saussure y luego, por su parte, Jacques Lacan elaboró teorías en las cuales sintetizaba la obra de Sigmund Freud, ayudado por las ideas de Saussure, Jakobson y Lévi-Strauss.
En cuanto a Saussure, Lacan, consideró que hay que replantear el modelo saussuriano del signo lingüístico, el modelo saussuriano cerrado y biunívoco entre sdo. (significado) y Ste. (significante) sería correcto en los animales irracionales pero es abierto en el Homo sapiens.
Lacan invierte al diseño del signo lingüístico saussuriano:
El Ste. es puesto arriba, la barra que lo separa del significado se espesa señalando a la represión.
El significado se desplaza abajo, la barra se mueve hasta el punto que según la opinión de Lacan "bajo" un Significante hay nada.
En cuanto a Lévi-Strauss, toma de Saussure especialmente sus criterios de oposiciones binarias y discretas (como las que pudieran ocurrir entre los fonemas) y los ejes sincrónico y diacrónico para elaborar una compleja antropología estructuralista (tal cual se puede observar en El pensamiento salvaje o en Las estructuras de parentesco).
En cuanto a Roman Jakobson, sus investigaciones sus estudios sobre las afasias, son modélicos, sugerentes y pioneros en los que deslinda dos tipos de anomalías: las relacionadas con la selección de unidades lingüísticas o anomalías paradigmáticas, y las relacionadas con la combinación de las mismas, o anomalías sintagmáticas, este modelo se inspiró parcialmente en las consideraciones del padre del estructuralismo Ferdinand de Saussure, desde Jakobson influyó por su parte sobre estructuralistas como Claude Lévi-Strauss y posestructuralistas como Jacques Lacan
En virtud de sus probabilidades de aparición en un determinado contexto, las relaciones entre los elementos del sistema se realizan en dos órdenes diferentes que corresponden a las dos formas de nuestra actividad mental: el orden sintagmático y el orden asociativo o paradigmático.
Las relaciones sintagmáticas reflejan la linealidad del signo lingüístico, que condiciona la secuencialidad de todas las expresiones: los elementos se alinean uno detrás del otro en la cadena del habla (fonos, palabras, oraciones); la totalidad resultante es llamada sintagma y se compone de dos o más unidades consecutivas.
Se producen entre varios signos que unidos realizan una misma función, a través, precisamente, de un sintagma (en el plano morfosintáctico y semántico) o una sílaba (en el plano fónico).
Por ejemplo, ante-poner, Con razón, Aunque llueva, saldré. En llegaron las lluvias de abril, vemos relación sintagmática entre las y lluvias.
Se trata de relaciones “en presencia” (puesto que dos o más elementos se hallan igualmente presentes en la serie), ordenadas y que tienen un carácter finito.
Las relaciones paradigmáticas se dan en el cerebro del hablante (son relaciones “en ausencia”), que asocia elementos del sistema que tienen algo en común.
La asociación puede basarse en la presencia de elementos comunes –un sufijo–, en la analogía de significados o en la simple similitud fónica.
Los elementos evocados forman una familia asociativa que no tiene un orden dado ni, por lo general, un número definido.
Por ejemplo:
altura/frescura/calentura;cariño/afecto/amor; perdón/calefón/atención.
Cuando alguien dice la casa, la podría ser sustituido por otro determinante (y sólo por un determinante): mi casa; aquella casa; esa casa.
Lo mismo ocurre con los chicos jóvenes, donde chicos, núcleo de un SN, sólo puede ser sustituido por otros núcleo de SN, que debe ser forzosamente otro sustantivo.



Referencias

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